martes, octubre 10, 2006

Fin de Semana en Ritoque




El proyecto era ir al Raid de Primavera de Atacama, sin embargo, es un tirón... 800 Km al punto de partida. Además de eso, platas, viaje y que solo no da. Aún dos camionetas, poco o mal preparadas y siendo pilotos inexpertos... tampoco. Resultado: los Pegados 4x4 invitaron a unirnos a Ritoque (160 Km al NW de Santiago), donde fue el Raid de Novatos en el que parece ya lejano Enero. Reservas en cabañas al pié de las dunas y plan de jeepeo, asados y sociales. Perfecto para un plan familiar que tuvo al final una buena acogida en la familia (hubo alguna resistencia pero finalmente el entusiasmo pudo más).
Arrancamos mal , saliendo tarde, pero por suerte pudimos alcanzar al grupo obviando el desayuno en Lampa (parada de encuentro a pocos Kms de Santiago).
Es común que la gente llegue tarde, con lo que no fue grave lo nuestro.
El grupo fue el centro del club teniéndonos a nosotros y otro jeep como invitados y un miembro de otro Club como acompañante.
El encuentro fue sencillo y afectuoso lanzándonos a los medános finalmente. Oxidado yo, hubo que sacarme de un par de filos de dunas pero tuve oportunidades varias de devolver el favor. Evidentemente me falta aprender y algo de eso hubo en este fin de semana.
El sábado probamos los puntos que más concentran gente en el lugar, se llaman las tres trepadas que son tres subidas bastante pronunciadas al lado de una que es el logro del lugar que se llama la trepada de la Cruz (nosotros solo bajamos por ahí!) las otras trepadas, 2 de ellas las logramos hacer sin dificultad.
Finalmente la V8 y un lugar ícono de los que quieren demostrar potencia y destreza. Un grupo se puso a jugar en esa cuesta y el miembro del otro club... volcó... con su jeep recién salido del taller. Eso nos tomó nuestras buenas 3 horas de auxilio, reparaciones y trabajo para que pudiera salir andando. Que de hecho lo hizo y sin problemas, salvo por las acompañanates femeninas que decidieron salir en otros jeeps...
La noche fue de asado, a cargo fundamentalmente de Alejandro Sola, alias el Che (como para ser originales con un Argentino) y yo como su ayudante. El asado realmente quedó epectacular! comimos "harto", lo regamos con relativamente poco vino y después de mucha "copucha" (chismes) y "tallas" (jodas) nos fuimos a dormir. En mi caso estaba tan lleno de arena que no podía hacerlo sin ducha... los chicos fueron directo a la cama y el resultado fue que a la mañana siguiente había un médano entre las sábanas...
El Domingo arrancó perezoso pero finalmente salimos en un grupo chico de 5 vehículos. Al ser pocos, la marcha es mucho más rápida, y para seguirles el tren, mi manejo inexperto termina siendo brusco. El Somormujo hizo él su demostración de fuerzas y entusiasmo, pateando a la madre desde la salida y hasta la llegada, con cada salto y emoción ¡que vaya si las si hubo!
En un un embudo, termino siguiendo la trayectoria de Carlos, pero sobre el filo, de desvío un poco y se me cae la rueda trasera por la cresta, con la radio en una mano y volanteando y acelerando, enroscando el cable del mircrófono! me gané el odio de las Marinas con flor de susto que se dieron. Vairas trepadas más allá, la embarazada hizo un par de cambios de vehículo al volante más experto y mejor preparado jeep de Andrés Mugoreni, el Mugo. Paramos con sandwiches y cerveza, en un médano con buena vista. Finalmente Marina dijo basta... su panza le molestaba y se esentía incómoda. Atentos a las señales decidimos salir. La frase de los chicos fue que salga mamá y nosotros nos quedamos!!! hay que decir que eran os únicos chicos en la jeepeada ese día... así que evidentemente que lo que molestaba a Marina era lo que los entretenía a ellos.
La salida, bajo protesta de los menores tuvo sus vaivenes, pero la hicimos con buenas indicaciones de los experimentados, con Carlos Crisóstomo en la camioneta del Che y nosotros. Salimos como si fuéramos veteranos y fueramos guiados por GPS (sin tenerlo).
Marina descansó, mientras yo charlaba con el resto, y me pasaba algunos datos hasta que finalmente emprendimos la vuelta. Entre los datos, fue preguntar por un lugar donde comer mariscos. Pato Santana me pasó un dato: La Gatita. Se quedó corto (en Chile se diría "se pasó"). El lugar es un restaurante chiquito, relativamente modesto que tiene lista de espera aunque los restaurantes en los alrededores estén vacíos. Está cerca de Playa Bahamas en Concón. ¡Comimos muy, pero muy rico! Ostiones a la parmesana, mariscos al pil pil y camarones apanados, todo como para repetir hasta reventar. ¡Gracias Pato! te debo otra. Todo a un precio razonable, muy razonable. Lo recomiendo. Juramos también repetir en alguna otra salida en Ritoque.
Se planean nuevas salidas, lo que lamento es que no creo que Marina sea de la partida de ahora en adelante y hasta nuevo aviso, veremos si nos organizamos para salir igual con los chicos.

¡Hasta la próxima!