sábado, agosto 30, 2008

Salida a Shangrila




El club Pegados 4x4 organizó una salida y finalmente coincidimos. Estamos listos.
Una mañana, no muy temprano, nos juntamos en Vitacura, plena ciudad. Destino: Shangrila.

Es un parque privado que está ubicado en la Deheza, una de las zonas más de moda, caras y paquetas de Santiago. El lugar está separado del ruido de esta ciudad de másd de 6 millones de habitantes, solo por un cerro, el Manquehue (teóricamente significa Piedra de Cóndores).
Lo sorprendente es que solo de vez en cuando se ven a la distancia algunas casas.
Por lo demás es un parque que está casi dedicado a los que quieren usar vehículos en terrenos agrestes, motos enduro, jeeps, mountainbikes, etc.
Una lluvia caida solo 36 horas antes agregó los condimentos necesario spara además sea divertido de manejar y que hubiera que hacer varios rescates.
Con respecto al barro, la tropa completa d 14 jeeps lo disfrutó. - Esto no es diferente a Del Viso despuñes de la lluvia - fue el comentario de las Marinas. No se equivocaban, solo que en varias partes, las pendientes de 20 grados agregaban al barro un extra de diversión.
Fue bueno reencontrarse con el jeepeo, lo disfrutamos todos y creo que soy justo si digo que el que más, fui yo. Dosis medidas de adrenalina y algo de renegar por dos fallas de la camioneta palmó el alternador y el malacate (Winche) se negó a dar signos de vida, me devolvieron un poco del espíritu que me estaba haciendo falta.
Hubo de todo: mucha conversación, chistes y jodas (en chileno: Tallas), asado bien nutrido con mollejas incluidas y suficiente barro en la carrocería como para que Marina hija se avergüence toda la semana en el colegio (sic). Incluso choques múltiples dieron la nota. Por suerte solo topones menores entre las camiones que lenta e inexorablemente, resbalando en barro (estando paradas!) se atraían como si Murphy estuviera practicando telequinesis.
El barro cobró "pegados" que hubo rescatar y una trepada se cobró un semieje. Pero eso no amilanó al grupo que decidió probar la estanqueidad de sus jeeps, en realidad ceritificaron su falta de...
El chiste fue que pronto nos pondrían semáforos y señales de tránsito en medio de la nada para que no choquemos.
Como siempre, los chicos volvieron agotados, sucios y felices. ¡Toda esta diversión con solo 52km de viaje redondo de casa a Shangrilá! Esta ciudad no deja de sorprenderme.
Esperamos que haya nuevas salidas.

sábado, agosto 09, 2008

Los Silva @ CL

Vinieron primero las amenazas como un mes antes. Una semana antes llamo para confirmar y fiel a la tradición, Javier confirma: Claro, te dije que iba!
El día llegó y los Silva no llegaban... Aerolíneas Argentinas vuelve a ser estatal así que la impuntualidad tiene ahora una justificación endógena. Finalmente, solo 2 horas y media después, los 5 tomaron por asalto Santiago.

Como era tarde, los planes de compras de preparación para la nieve, no poudieron ser, a cambio, Marina preparó rica comida de la que dimos buena cuenta los 10. Diez! claro, qué fácil es sumar cuando cada matrimonio tiene 3 hijos!

Gracias a los espacios generosos y a la tolerancia de Javier y Paula que se conformaron con el Living en el futón, digamos que dormimos cómodos y con los chicos bien revueltos y todos felices en confianza como si nos visitáramos seguido.



Al día siguiente, y de nuevo gracias a la aerolínea de bandera de mi querido país, tuvimos oportunidad de ir a hacer la famosas compras níveas... equipos para todos los Silva gracias a los buenos precios conocidos por los Parraud, por casi el precio del alquiler. Día del niño mediante podemos decir que ningún chico podía quejarse, incluyendo a Paula. Finalmente parecía que los dejaba rumbo a sus vacaciones camino a Portillo...



Aerolíneas Argentinas no tenía nada que ver, las nevadas cerraron el camino a Portillo y los Silva volvían cansados del camino. Se lo tomaron más que bien! Comida china y los chicos volvieron a jugar juntos otra noche y a nosotros los grandes nos dió más tiempo para ponernos al día, ya que una noche y una mañana de compras apuradas, no dan ni remotamente para aquellos que se ven una vez al año! ¿no es así?



Por suerte para los vacionantes, el camino se abrió al día siguiente y pudieron llegar a su lugar de vaciones.

No contento, yo estaba dispuesto a darme la panzada de los Silva, así que me pedí 2 días y partimos el miércoles por la noche los Parraud a la montaña a sumar 10 nuevamente.

Paramos en el regugio del Colegio Alemán de Santiago. Un refugio, básico, simple, pero a menos de 40Km de Portillo y además, hay que decirlo, atendido con calidez y dedicación. Cena, como en casa, pero sin cocinar ni lavar platos (ahí la pobre recompensa para Marina). La habitación chica, así que esta vez los revueltos fuimos los Parraud, que alternando todo el mundo probó cada una de las 4 camas.



Los días pasaron en el centro de Ski de Portillo. Que quizás por la fecha, estaba realmente con muy poca gente, y mucha nieve. Una gran combinación que supimos aprovechar.



Marinita... desaparecía feliz a esquiar por todos lados... había que perseguirla para que comiera... difícil de creer, ¿no?



Joaco se animó recién el segundo día, en el que Marinita le dió clases prescindiendo de los bastonazos (estaba irreconocible la enana!)



y para descanso relativo de la madre y placer de Sebas que hizo abuso total de madre.



Casi, lo tenía ahí... la había convencido! dejamos a Joaco y a Sebas en la guardería unas horas y Marina esquiaría! si!... bueno, no, el precio por el medio día de pase la hizo desistir, y con razón, a la hora Sebastián era declarado persona no grata en la guardería. Tengo que reconocer que es chiquito todavía para estos trajines.



También el honor me obliga a decirlo, extrañe a mi suegra y su papel en Esquel el año pasado!



Finalmente, el día final llega y podemos decir que cosimos Portillo, que la patota compuesta por Tomás, Mateo, Rocío, Marina, Joaquín y Sebastián se dieron el gusto de jugar en la nieve y continuar el juego al volver a Santiago. Y los adultos de seguir las tertulias también hasta el Domingo, que los Silva nos dejaron. Otra vez breve, pero bueno, muy bueno!... nos prometimos volver a vernos pronto, ¿un año? no es tanto. Quizás otra vez Portillo, no nos molestaría ¿verdad?