Asado con IBMers en Casa
Después de muchas amenazas, cumplí con invitar a compañeros de trabajo, afectados a (o "por" también sería correcto) el proyecto MRO en LAN. O sea, un grupo reducido de unas 15 personas y sus familias.
Desafortunadamente no todos pudieron venir. Igualmente, con los que si cumplieron, formamos un nutrido grupo más o menos internacional: chilenos, argentinos, peruanos, colombiano, alemán y el que suscribe (je!).
Los preparativos no fueron especialmente esmerados pero si completos. Buena carne, 2 parrillas portátiles a falta de una como la gente, "Resbalín inchable" (tobogán inflable), postres, ensaladas, todo bien regado y aportes múltiples de los invitados.
El resultado de los 15 invitados, se excusaron 3 y llegaron 40 personas. Gracias a Fabián, el marido de Silvia (la jefa) el asado salió bien. Calculo que si era por mi, trabajando solo con parrilla portátil y lo oxidado que estoy para esos número se gente, el resultado no hubiese sido tan bueno.
Fue un poco recuperar algo de lo perdido al emigrar, un asado distendido y bien regado, jugoso, crudo, suela, un choricito, ¡qué buena morcilla!, ¡muy rico el vacío! ¿quedó molleja? son comentarios que se extrañan con acento y todo. El ambiente en el que los chicos se manejan con libertad y sin poses fue otro elemento que dejó un rico gusto.
El resultado fue un extenuante ejercicio para los chicos en el juego rentado y otro no menos extenuanta ejercicio de mandíbulas para progenitores y otros adultos para dar cuenta de una nutridísima charla y buen comer y beber (para hacer honor a cualquier chiste de multinacionales que venga al caso).
El saldo fue un largo y cómodo momento de compartir de todo, incluso se podría decir que casi no se habló de trabajo en respeto a las familias presentes y para nuestro propio deleite.
La conclusión es que habrá que repetir.
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