Salida por Rancagua - Ruta del Cobre, fuera de ruta y con lluvia
Solo para que no puteen los que vean los videos... están crudos y sin editar... ya me dejarán la Mac un rato para hacer lo propio.
Ya en el primer paso complicado, sacamos implementos de rescate: Malacate / Winche, cinta para apuntalar, cinta para rodear árboles, grilletes, guantes y cámara de video (;o).
Igual hubo varios pasos complicados que no filmamos, ya que manejar y dispara la cámara, por más que esté sujeta al parabrisas, era mucho para mi. Cada vez más viejo y voy perdiendo threads de mi procesador.
El malacate ayuda mucho y con la lubricación del barrito la cosa se hace menos violenta, así que hubo dos subidas que terminé autorescatándome. La primera, otro jeep se queda maniobrando, y por apurado frené donde no debía y quedé colgado en diagonal, lo que hace que con diferenciales abiertos o LSD la tracción se 0 (cero) (cualquier bloqueo que no sea 100%). Tal es mi caso... ya veremos si logramos juntar plata para un bloqueo
La segunda izada fue eso... no hacíamos firme en el piso en una cuesta larga y con huellas en desniveles de ruedas más grandes que las nuestras.
De la partida fuimos: Cri Cri, que estrenaba unos neumas TA, que no llegaban a ser los necesarios para estas condiciones pero el tipo lo compensó con muñeca y "yaco". El Nany, que con bloqueo y todo sufrió la falta de profundidad en el dibujo, Américo, el guía que se portó de maravillas y aguanto todas las bromas con entereza desde su Rocsta diesel y nosotros en dulce montón con la baja de Marinita, ya no nos da bola...
En la segunda parte se sumaron 3 vehículos más con una baja casi al inicio, un samuka rompió crucetas y quedó allí. Un Cherokee lo hizo a winche, yaco y tosudez y finalmente cerrando el grupo un Toyota LandCruiser viejo Diesel que dio la nota sencillamente haciendo la cuesta con más facilidad que nadie antes (calculo que la altura, el despeje y los neumáticos acompañaban a buenas muñecas).
Una vuelta de 12 Km de barro nos tomó casi 6 horas de batalla y nos cansó y despejó.
Mojados, fríos, fuimos cuidados por mamá Marina que hizo sopitas para calentar las panzas sobre el final antes de emprender la vuelta a casa.