martes, enero 20, 2009

Diego y Marisa en Santiago

Anunciada, deseada y esperada por largo tiempo!

Llegaron, no se si gracias a las indicaciones que les pasé por mail, que incluían mapas y guía, pero es un hecho que vinieron.
Trajeron consigo 12Kg. de yerba, Bactrobán, Ivomec y cantidades ingentes de chocolate Águila, tanto el común como el Premium. Con dicho contrabando, la recepción fue incluso más agradecida.
Fuí afortunado y pude pedirme unos día de vacaciones con lo que logramos hacer un par de programas juntos que incluyeron desde Shopping por outlets y malls, visita a la viña Concha y Toro y campamento en el Cajón de las Arenas pasando por el refugio de Lo Valdés.

Mucho gustito a poco, pero así son las vacaciones, tanto las de ellos como las nuestras, breves. Igual, dos veces bueno!
Empezamos con el shopping de rigor que por un momento me dí cuenta que los Parraud parecíamos los más consumistas solo hablábamos de compras y precios. Parecía que fuéramos unos obsesivos, digamos que no hicimos nada para desmentirlo, salvo cuando por fin nos alejamos de Santiago.

Entre todas las cosas fue que los chicos aprovecharan algunos ítems que por acá son realmente más baratos: Artículos de camping, ropa de outdoors, vajilla y cosas así, incluso fuimos a ver una máquina de cortar pasto. De todos los puntos solo fue vajilla, batería de cocina y una campera para Diego que hubo que cazar por varios Sodimac.
Después algo de turismo tradicional de Santiago, visita a una viña. La viña Concha y Toro es afamada por tener el tema bien organizado, así que partimos a Pirque a realizarla como salida de adultos.

Tomamos la opción más completa que incluía una cata extra y cata de quesos. Debo decir que la viña es un lugar lindo y cuidado, que la guía le puso empeño... pero no mucho más, no está pensada para los que quieren el vino de verdad... apenas un blanco dulzón y muy comercial de la casa y un Tinto bueno pero también bastante normal fueron los de la cata estándar. El conflicto lo armé yo cuando llegamos al wine-bar para cobrarnos el cupón de los extras... las opciones de vino a catar se podían comprar de a botella por su valor que incluía solo una copa y eso me hizo sentir estafado. Debemos rescatar que los vinos si eran ricos y para salvar la situación, la "somelier" que resultó ser colega de los chicos (Ingeniero Agrónomo) se portó un 7 (el equivalente al 10 pero en nota chilena) trajo algún regalito de copa de vino extra y nos trató con deferencia.
No contentos, al partir pasamos una huerta que tenìa un cafecito en la entrada, uno de esos "ensamblajes" bastante frecuentes en Pirque. que nos sirvió para degustación y gratis, una muestra de quesos de cabra que nos dejó satisfechos como la mejor merienda, acompañado de café expresso, todos elementos bastante gurmet en Chile.
Más contentos con la huerta que con la viña, emprendimos el regreso, no sin pasar por un Sodimac para seguir la caza de la famosa Campera y averiguar precios de cortadoras de césped. Ni lo uno ni lo otro...
Como salida casi improvisada, nos llamó Alejandro Sola, alias el Che, para invitarnos a sumarnos a una salida en las dunas de Ritoque. Lugar conocido y una experiencia nueva para los chicos. Como Ale iba a andar solo, podíamos acomodarnos todos en camionetas para divertirnos bastante.

Llegamos a Ritoque cerca de las 11 y no tardamos mucho en entrar a las dunas.
La cara de Marisa reflejaba lo que sentía... se quedó dura del susto.

Con varias maniobras y con el tiempo se fue relajando y creo que hasta llegó a disfrutarlo!
Diego... se lo veía con cara de disfrutar el tema, incluso dijo que se divirtió pero mejor dejar que él opine cuando pueda. SOlo puedo asegurar que además de pasear, agarró la cámara y sacó muy buenas fotos!.

Volvimos para el asado de rigor a la cabaña que el Che tenía alquilada y un salto al vacío de Joaco cambió el plan del final de la tarde... en lugar de volver a las dunas, fuimos a la Caza de la Clínica Reñaca a hacer ver los golpes múltiples (en la nariz en a piscina y casi toda la cara de sus acrobacias en calesita. Felizmente era solo eso.. un golpe que se amoretonó volvió a tamaño casi de persona con un anti-inflamatorio en cosa de 30 minutos.

Para terminar la salida, fuimos a comer mariscos a La Gatita en Concón. Para nosotros fue un castigo la espera de casi una hora por la mesa y para Marisa no terminó ahí, ya que no es ninguna fanática de los mariscos... Los platos no estuvieron a la altura de lo que ese lugar nos tiene acostumbrados, pero para ser justos, tampoco estuvo mal. Así que el sábado terminò con una vuelta turística y tardía a Santiago.

Finalmente, el Domingo fue tranquilo y nos preparamos para la gran salida de camping de apenas una noche. Igual los preparativos parecían de una expedición al cruce de Los Andes. pero, esto será motivo de otra entrada. Diego y Marisa (La Polaca y el Ahujero) aprovecharon para hacer turismo en Santi9ago Centro, parte que los Parraud decidimos no participar y darles Paz a nuestros amigos (¡3 días rodeados de los enanos es muy fuerte para alguien que vive sin chicos!).

2 comentarios:

Silvio Casagrande dijo...

"Empezamos con el shopping de rigor que por un momento me dí cuenta que los Parraud parecíamos los más consumistas solo hablábamos de compras y precios. Parecía que fuéramos unos obsesivos, digamos que no hicimos nada para desmentirlo, salvo cuando por fin nos alejamos de Santiago." Un momento de Insight/Enlightment increible!

Dejate de pavadas y aceptalo: les gusta comparar precios!

Familia Parraud dijo...

Sip... es cierto pero nos habíamos puesto monocordes! ufff ya pasó