martes, octubre 13, 2009

Salida OffRoad a Parral y Embalse de Digua



Llegó el fin de semana largo del día de la Raza y el viernes por la noche partimos con rumbo Sur. Tarde para variar, no llegamos al punto de encuentro del club en Chena. Así que metimos un poquito de pata sin exagerar, no daban las condiciones de tránsito, ni los pacos y tampoco el clima para ir demasiado rápido.

El viaje era de 360Km hasta Parral. En el Km 200 alcanzamos a los Pegados en pleno y pudimos seguir con algo de diversión por la radio. La lluvia, la hora y el cansancio de la semana hicieron efecto en mi, podría haber dado la nota trágica durmiéndome al volante pero por suerte no pasó de morder la banquina. A partir de ahí tomé un par de cafés y me puse en la mitad de la caravana. Llegamos a las 3 AM a Digua. El malón dormiría en una casa del embalse, pero nosotros or motivos de no estar demasiado incómodos y tampoco molestar con la patota que somos al resto, fuimos a unas cabañas que consiguió Carlos Gayoso. Quizás por la hora combinada con la temporada (ultrabaja) la cabaña no estaba lista ni de cerca. Sin calefacción, sin sábanas, no andaba el calefón... etc. Hicimos noche casi acampando ya que el cansancio era más fuerte que las quejas. A la mañana siguiente, todo cambió. Apareció el dueño del complejo, aparecieron las sábanas, una cabaña nueva más confortable, calefacción y calefón andando. El cambio puso de buen humor a todos. Hay que decir que el costo estaba por debajo del estándar también, menos de USD40 por noche por una cabaña con cocina casi equipada, 3 cuartos, estar y baño. Por otra parte el dueño le puso mucha onda y estuvo pendiente de nosotros y de nuestra comodidad los 3 días. Estaba planeado que ese sábado fuera un paseo por la zona, una buena oportunidad para dar una vuelta con todo el club, sacar fotos y copuchar (chusmear). Empezamos así, por los terrenos del embalse gracias a las conexiones de Carlos Gayoso que tenía el llavero del administrador. Hay que decir que el lugar es lindo, quebrado , verde lleno de cursos de agua y una vegetación muy abundante. recorrimos las base del dique, el canal de rebalse y alrededores... y ahí se desvirtuó todo... nos salimos del camino. Primero fue una grietita hacia abajo con un paso de baja complejidad que pero que dio para el chiste y los malabares. Después el Mugo no pudo con el genio y agarró esa grieta para arriba. Aprovechamos para hacer una prueba con el ancla que se fabricó el Tarro y la verdad que funcionó bien. Lo que no funcionó bien fue el Jeep de Mugo... conectar y desconectar mangueras y otras yerbas y finalmente salió, con bastante Winche (malacate/cabrestante). No contentos, Sensei se escapó por un camino lateral muy embarrado, poco transitado y nos metimos en un paso en que para dar la nota, fui el primero que necesitó Winche para pasar, después de mi, todos...

Con barro hasta las orejas logramos salir de ahí a tiempo para más fotos y que el malón viera el partido de Chile vs Colombia. Como no estábamos realmente interesados en ver como casi todo el club humillaba a su presidente, que es colombiano, fuimos a bañarnos y bañar a los críos en la cabaña. Quizás sea por el partido, pero el club logró algo que nunca había logrado antes... prepararon el asado y comieron rápido, tanto que cuando llegamos a la hora y media, ya habían terminado. Por suerte había un poco de carne y bastante fuego para preparar unas mollejitas que quedaron maravillosas (aunque lo diga yo). Los Tarros: Tarrosaurio (padre) y Tarroky (hijo) junto con Julio nos acompañaron con el vino y las mollejas.
Esa noche no duró mucho, relativamente temprano nos fuimos todos a dormir.
El Domingo nos esperaba el día de Jeepeo junto a un Club local: Los Pumas 4x4 de Parral.

Con las notas típicas del club de demoras, gente que sale para el otro lado y cosas así. en el medio aprovechamos las panas y demoras para cosechar unos hongos de roble muy pintorescos que por instinto no hubiésemos ni tocado, pero al probarlos eran ricos, se dan solo en Octubre así que era "ahora o nunca", igual nos aseguraron que eran mejores en ensalada. La tarea de los chicos fue juntar una bolsa, que parecía mucho como para una familia, pero eramos 9 vehículos con 2 a 5 personas cada uno. Poco después y con hora y media de retraso, llegamos al punto de encuentro con nuestros anfitriones. Muy inocentemente nos preguntaron qué camino preferíamos... si el malo o el bueno... imaginen la respuesta. Resultado, más winche, pero esta vez para todos, incluso para nuestro guía Pancho. Ahí hicimos una prueba de la tecnología del Spectra con apuestas y amenazas. El único punto firme para tirar con el Winche estaba lejos, así que había que extender el cable. Saqué mi cabo de Dynora de 30 m de 12 mm y las caras de escepticismo fueron generales. me miraron cruzados y algunos se alejaron por las dudas. Cuando me alejaba, Marina rompió el hielo con los locales, que hasta el momento habían sido medio fríos - Más vale que le funcione la soguita, por que con lo que rompió las pelotas para conseguirla, si se le corta le voy a dar una flor de pateadura en el culo - muy de Marina. Los Pumas se cansaron de reír y de rogar para poder ver cómo Marina me daba la susodicha pateadura. Para mi satisfacción, no hubo pateadura, y todos los jeeps salieron usando la soguita... viendo el resultado varios amenazaron con dejar puesta la soguita ahí y se dio la siguiente apuesta: no podría desatarla!
Haber navegado un cuarto de siglo y dar clases de nudos tiene sus resultados, el nudito apretado como pocos después de soportar el tirón de miles de kilos, se deshizo en 1 minuto y mi cara de satisfacción y sobrada a los escépticos fue también proverbial... hasta les saqué la lengua. eso si tuve que vigilar el cabo el resto de la jornada.
el camino siguió hasta una cumbre que ellos llaman El Matadero. No porque mataran nada ahí aparentemente, sino porque tiene un paso de bajada en el cual se rompen algo así como el 90% de los jeeps que lo intentan. Fuimos a mirar el paso y el concenso fue de NO intentarlo ese día. Una roca lisa, húmeda y patinosa de bajada y con un escalón de casi 1m... mortal. Más allá de la anécdota del famoso paso, el paisaje del lugar es sobrecogedor, digno de las locaciones de el Señor de Los Anillos u otro cuento de hadas y dragones. Cumbres rocosas, nieve, ríos un valle lindísimo y los pinos, cohigües y araucarias poblaban las laderas. mejor no describo y pego las fotos.



Un poco de juego y vuelta hacia abajo por un tubo bien patinoso. Finalmente llegamos al punto de encuentro y seguimos hacia la cabaña de uno de los Pumas 4x4. No sin antes vadear un río, trepar unas rocas y cosas así.

El clima al llegar fue toda camaradería, regalos que fueron y vinieron, asado de todo tipo de carnes, con corderito incluido. Habíamos roto el hielo, pero lo que siguió fue como si fuera un encuentro de viejos amigos, códigos comunes, charlas amenas, datos interesantes y todo MUY bien regado. Nosotros aportamos la cucharada de fuego y ellos el desafío de V8, el primero impresionante pero fácil y el V8... realmente complicado, sin embargo hasta nuestras mujeres lograron cumplir con el desafío. Al final, la cucharadita de hongos de roble que alcancé a probar (además de nuestros 9 vehículos estaban los 6 de los Pumas) eran realmente buenos.
El asado duró casi lo mismo que el jeepeo y la verdad es que tampoco tuvo desperdicio. Los chicos que le dieron duro al diente también, hicieron de las suyas y sospecho que no se aburrieron nada tampoco.

Como reseña: Los Pumas 4x4, además de hacer offroad, se preocupan por su comunidad, organizando eventos benéficos, ayudan a los que se enferman (en Chile eso es casi sinónimo de quebrar) o alguno que una vez perdió su casa en un incendio, apoyan escuelas, iniciativas locales, guarderías, salitas de primeros auxilios y cuanta oportunidad de ayudar da la zona en que eligieron practicar esta actividad. No son un grupo chico, al menos en facebook cuentan con 445 entusiastas.
Fin del día, la preocupación de algunos era si estábamos en condiciones de manejar... al final si, el camino de vuelta fue tranquilo y muy conversado, con chistes y jodas (tallas en chileno) por la radio.



El llegar igual comimos! unos fideos que preparó Camaleón con poca ayuda y una salsa que estaba muy buena. esa noche la charla siguió hasta tarde llena de comentarios y varios que aparecían o desaparecían en sus literas.

Llegó la mañana del lunes con mucha fiaca, arrancamos tarde y lento, pero finalmente logramos arrancar rumbo a Santiago. El clima soleado y con buen ritmo nos permitió llegar a Santiago a una hora más que apropiada y evitar embotellamientos típicos de un feriado en la entrada.
Deberemos coordinar con estos nuevos amigos para otras rutas y más turismo! Será entonces hasta la próxima.

domingo, septiembre 20, 2009

Semanita en Pucón




Bien, esta entrada tenía que hacerse sobre el pucho, si no, iba a pasar lo de que pasó todo el año...
Ahí vamos: armarlo fue complicado por trabajo que está un poco más demandante de lo que planeaba, pero finalmente los planetas se alinearon: se fue todo el mundo, ¿por qué no yo?
Como siempre las artes de Marina para encontrar hospedaje dieron sus frutos y unos días antes teníamos reservas en cabañas por 30K (pesos chilenos), unos USD55 por día. Listo donde tirar las cosas y dormir.
El plan era salir el sábado temprano, pero el viernes a las 18hs estábamos casi listos, así que llamé y las cabañas estaban libres. Partimos poco después de las 20 hs... un poco tarde pero no importa. Empezamos a hacer los 800Km y al poco andar (unos 250Km en una estación de servicio se me cruza un minibus... y resultado, hora y media perdida declarando en Carabineros, nada más grave, que se ocupe el seguro de la abolladura de su puerta, la camioneta: Cero Daño y yo, solo un rato más en la ruta.

Finalmente llegamos casi a las 4 de la mañana, a una cabaña linda y caliente.
La mañana siguiente fue de lluvia y fiaca, igual fuimos a hacer la recorrida de reconocimiento y terminamos subiendo el camino al volcán Villarrica, con una niebla de mil demonios y lluvia, nada agradable pero igual subimos hasta la base del centro de ski a ver si daba para que los chicos vieran nevar y jugar con los trineos. Pero no, en la base también llovía y el frío era intenso, así que buscamos otros destinos como ir a comprar Strudel y tomar onces (el té).

El Domingo, con tiempo también malo pero con mejoras temporales, trajo otros destinos por las calles cerca de la cabaña y el caminito nos llevó hacia el Lago Caburgua pasando por la laguna azul y los Ojos de Caburgua. En síntesis se trata de aguas surgentes que van a parar con cascadas a una laguna que recibe una catarata del río Trancura. El lugar es llamativo y para los chicos todo un bosque exótico para explorar y para mi, unas muy lindas fotos.

Fuimos sorprendidos por la variedad y calidad de la gastronomía de Pucón. Acá na breve reseña:
Pucón es un lugar famoso y muy concurrido por gente pudiente en verano, es decir verano, pero en invierno parece que no interesa, así que siendo montaña y un pueblo que copia la arquitectura de San Martín de Los Andes, en invierno e inclusive en la semana de fiestas patrias, es temporada baja.
Morfamos (como argentinos en día lluvioso) en una parrilla uruguaya muy bien, seguimos comprando Strudel y arrollados, fuimos a comer buena Pizza a Pizza Cala, propiedad de un argentino, y siempre bien.

Hicimos compras, especialmente la “sorpresa” de cumpleaños de Marina. Merece la acotación. Acababa de retar a Joaco por escalar el frente de cuanto edificio de piedra cruzamos, así que el tipo se puso de mal humor, supongo más que por tener que reprimir su vocación que por el reto, cuando vi algo que me gustó para regalo. Tenía queser sorpresa y ese fue el trato con Joaco. Cuando estaba envuelto el regalo, pagado y en su bolsa, llega Marina:
- Marina: qué me compraron de regalo?
- Yo: Sorpresa, vas a tener que esperar al miércoles
- Joaco: ese sombrero verde!
No hace falta otro comentario. Igual Marina quedó feliz, con el sobrero y con la evidente lealtad de su hijo.

Llegó el Lunes y tocaba cumplir con ir a buscar a la suegra a Junín de Los Andes. La odisea empezaba bien, salvo que al llegar a la aduana chilena, me recuerdan que me faltaba un requisito: el seguro de responsabilidad civil que exige el gobierno argentino para los autos extranjeros... vuelta a Curarrehue y después de 1 hora de luchar con una conexión pobre y sitios de compañías de seguros logramos el cometido solo por 30 dls.


De vuelta en aduana de Mamuil Malal al pie del volcán Lanín, nos avisan que los piqueteros tienen tomada la ruta. Argentina no nos podía defraudar así que al llegar a la entrada de Junín estaba el Micro con la suegra (también atrapada junto a una centena de autos y buses). La frustración fue que no podíamos pasar ni a cargar combustible, ni hablar de los planes que hicimos de ir a comer unos buenos sorrentinos y contrabandear la dotación de yerba mate. Objetivos no cumplidos... Como no estábamos cómodos de combustible, y también estábamos atrasados en tiempo, con tres leones hambrientos sentados atrás, lo razonable fue volver derecho a Curarrehue a improvisar una mala comida. No sin antes tampoco poder pasar al Lago Tromen, los árboles caídos en el camino y nieve por todos lados hubiesen sido un desafío para dos o tres jeeps, pero no para uno solo que cargaba una suegra malhumorada, esposa molesta y menores incordiosos. El desquite fueron unas buenas fotos del Lanín que se dignó a mostrar su cumbre. De vuelta en Pucón con toda la tropa.

Martes: planes frustrados. Marina andaba con un dedo inflamado que empezó a doler así que hicimos turismo por el hospital San Francisco de Pucón y nos dimos el gusto de gastar plata en una operación de dedo que debió ser hecha en Santiago. El incidente dejó a Marina con una mano menos y a nosotros re-armando planes: Marinita ligó y fuimos a cabalgar por la zona.

El miércoles ya no aguanté y por más que fuera el cumpleaños de Marina, la dejé en Pucón con su madre, Sebastián y Marinita. Joaco y yo nos fuimos a esquiar al volcán Villarrica.
El volcán es él capítulo especial del lugar. Es uno de los más activos de Chile y eso nos es poca cosa. Permanentemente despide humo por su cráter, como en el dibujo de un escolar. Domina toda la zona con algo más de 3000m de altura y en esta época está nevado hasta el bosque que cubre su base, siendo el Parque nacional de Villarrica.

Había buen tiempo así que pude sacar unas fotos interesantes.
Los medios no son gran cosa, por no decir que son viejos y lentos y no todos andan. Pero la sorpresa agradable fue que las pistas son lindas para pasear y que hay mucho fuera de pista muy divertido. Por añadidura, es más barato que la mayoría de los centros de ski de Chile.
El refugio/restaurante en el medio del centro es bueno, bien nutrido y no demasiado lleno de gente, así que también fue reconfortante usarlo.
Para las 3:30PM Joaco estaba agotado de hacer bajadas y se ponía vago, así que siguiendo el consejo de Marina, bajamos.

Habíamos subido un par de esquiadores a la ida que nos idieron bajar también. Como tenían un taller de equipos de ski, Joaco ligó cantos, base y encerado de sus skis, en canje por el aventón.
Esa noche, salimos a comer en familia extendida - no se olviden, que esa noche nos acmpañaba la madre de mi mujer, el resto de la semana nos acompañó mi suegra, que es otra cosa completamente distinta.
Elegimos el restaurante Ana María como para hacer presente otros parientes más – hermana y madrina de Marina -. Especializado en Pescados y carnes de caza. Fue una noche de elecciones acertadas ya que todos los platos eran buenos, desde las entradas: camarones saltados y locos al ajillo a los platos principales: Liebre a la cacerola y Jabalí al Cabernet Sauvignon. Con toda esa comida y los chicos dormidos no quedó espacio para el postre, así que rodamos hasta la camioneta y a enroscarnos por esa noche.

El jueves… lluvia, mucha lluvia, mucha fiaca. Igual nos dío para darnos una vueltita por el plaza de Pucón en una pausa de la lluvía (con alquiler de cartings incluidos y compras para deudas de cumpleaños) y también por la reserva Mapuche y llegar hasta el Río Plata, pero como era tarde, no hubo fotos.
Viernes: todo el mundo al centro de Ski. Se amurró (empacarse en chileno) la suegra, pero igual se la tuvo que aguantar.
El tiempo no era una maravilla ya que estaba nublado en la base, pero arriba brillaba el sol y hacía todo el calor que extrañaba mi suegra en la base… por qué no subió? Hay teorías variadas, igual mi favorita es que ese día estaba más agudo su instinto de suegra.
Sebastián logró deslizarse, rodar, enterrarse, comer y potrear en la nieve. Joaco y Marinita, esquiar bastante. Marina madre? Una bajada y se cansó!!!! Igual dió oportunidad a que tengamos nuestro momento romántico en una silla con una vista increíble.


Finalmente logré subir a todos los chicos y sentarlos en la mesa del restaurant - solo faltaba la suegra- donde los chicos hicieron su show, el clima nos regaló un atardecer soñado con temperatura primaveral a 1800m rodeados de nieve. Mucho glamour… que duraría poco pero bien lo valía.
Para la hora del cierre del centro ski, bajamos todos – con mi suegra incluída, la mamá de Marina no volvió a aparecer –

El Sábado fue día de regreso, sin incidentes y bien recibidos por los peludos que fueron abandonados en casa.
Conclusiones: encontramos un buen lugar para hacer base en cualquier época del año, un centro de ski chico y accesible donde sentirnos cómodos y volver el próximo año. Ojalá tengamos una nueva entrada con Pucón en el Blog.

2009-09-20 SemanitaenPucón

lunes, abril 13, 2009

Semana Santa Jeepeando en Linares


Esta entrada está editada mucho tiempo después, pero vale igual.
Durante casi 4 años escuchamos hablar de la catedral del Jeepeo en Chile: Linares.
Que no ir sin el vehículo bien preparado, que no se puede dejar de ir, etcs variados.
Finalmente se alienaron os planetas: El club Pegados 4x4 va y nosotros no tenemos a nadie enfermo y no problemas de ningún tipo: VAMOS!

Ls preparativos fueron los de Jeepeo con Camping y para 3 días. En los Parraud eso significa un montón de carga y variedad de enceres. Ahora además que somos 5, había que pensar en temperaturas bajas, poca agua y cosas por el estilo.
Salimos por la noche para arrancar temprano sin madrugones inhumanos, y como salimos temprano, llegamos bastante bien a Linares al hotelito ubicado sobre la ruta. Nada especial digamos que promedio de hotel de la ruta como se puede espera en Chile en donde la mayor parte de la hotelería que no es 4 ó 5 estrellas, suele ser mala.
A la mañana siguiente y no sin pasar por la estación de servicio (bencinera) y el supermercado (eso se dice igual). Nos metimos en la ruta atravesando el pueblo.
Linares en si es un pueblo agrario, chato, con poco encanto y sorprendentemente sucio, rodeado de una naturaleza increíble.



Nos metimos derechamente en una subida que supuestamente era una ruta, quizás con lluvia, ese día, no fue más grave que un camino muy malo y los hemos hecho. Así que venía confiado.
Al entrar en la siguiente, no aparecía ninguna dificultad, un camino asentado y liso… ufff ¿y?
Bueno, para las 12 apareció y nunca más desaparecieron los pasos para los cuales, definitivamente no estaba preparado. Fue aprender haciéndolos, fallando y dando jugo, pero no dejamos de pasar todos. Marina no pudo no hacer los chistes de costumbre y contestar que yo no necesito bloqueo de diferencial porque tengo bloqueado el cerebro por diferencial… pero al noveno intento si lo logro! Si tengo bloqueo cerebral… 
Varios pasos y percances más adelante – batería muerta de Sussi, bloqueo que no funciona de Pablo, abollón de algún otro, etc. llegamos a las 4 de la tarde a un paraje apto para acampar.

El viernes santo fue menos santo que el asado de Jeeperos, así que matizamos con pescados pero la carne abundó. Tragos y conversación hasta tarde, chicos jorobando en gran patota por el terreno fueron parte de un decorado más que divertido.
A la mañana siguiente esperaban pasos y bajadas, así que temprano (10 am, je!) empezamos a levantar campamento… más bromas, más fotos y seguimos hasta las 5 de la tarde, no sin que me tocara a mi pegar con cinta una luz de giro que se quería quedar en la montaña.



El grupo tenía una decisión: seguíamos a otra ruta o volvíamos. La mayoría decidió que teníamos mugre abundante para no preocuparnos por otra ruta y comida suficiente para enfrentarla… seguimos y fuimos a La Cruz. El cuanto dice que se llama así porque la ruta sigue todo su recorrido bajo la Cruz del Sur… no se si será cierto y la verdad lo dudo pero hay que hacerla. Muy técnica y rodeada por paisajes que valen muchas fotos.

Para las 7 decidimos hacer campamento arriba, en la cumbre. La tónica del día anterior entre bromas y tragos había sido solo para romper el hielo. Esa noche se develaron grandes Cuentistas como Juan, Stripers como Oscar y Nacho, Mugo de Jugo!!! Haciendo que todo valiera la pena. El asado fue exquisito y todo muy bien regado con reservas que se hubieran desaprovechado de haber vuelto ¿no?


La noche prometía estrellas y las dio sin amarretear ni una.
La mañana fue tempranera, fría y con una neblina que prometía hacernos difícil encontrar los caminos.

La prudencia llamó al grupo: semana santa cumple siempre con la promesa de embotellamientos dramáticos en la entrada de Santiago, si volvíamos temprano habría una chance sufrirlos menos. El viaje de vuelta fue para sacar conclusiones:
El lugar tiene lo que prometían: todas las oportunidades que puede pedir un jeepero para meterse en problemas y aprender. Los chicos un espacio para jugar increíble, aunque con el ritmo de jeepeo les quedaba relativamente poco tiempo, espacios para acampar y estrechar lazos con compañeros de ruta. Volveremos!
Saldo de daños: arreglos menores como una luz de giro… la sacamos re-barata!

jueves, enero 22, 2009

Camping en Las Arenas

Finalmente decidimos hacer una salida diferente más con los chicos. Uno de nuestros santuarios es Lo Valdés y el Cajón de las Arenas y hacia allí partimos.

La idea era acampar al lado de los fósiles gigantes y "excursionar" un poco. Sin embargo, los chicos viajaban en Honda Fit y el camino, la verdad daba un vehículo alto y bastante más rústico. Por otro lado no me convencía acampar lejos del auto y supuse que a los chicos tampoco, así que acampamos en un vallecito un poco más abajo a solo 2600m snm.´Almuerzo de sandwiches mientras armábamos las carpas...

Armar el campamento fue lo esperado para una familia de 5 con carpa de 3 ambientes... chicos dando vueltas, etc. O sea, la carpa de los Parraud tomó como 1 hora armar y la de los chicos, 3 minutos. En eso nos enamoramos de las colchonetas autoinflables por o rápido que se ponen a funcionar, versus los teóricamente cómodos colchones inflables de dos plazas. Igual, hay que decirlo, teníamos un inflador eléctrico ;o)

A continuación, con todo establecido, armamos nuestra expedición para buscar agua.
La caminata fue de 3 Km ida y vuelta, más lo que llevó cruzar el río un par de veces con bolsa y bidón hasta el afluente con agua menos opaca. Toda una vuelta que nos cansó a nosotros y revitalizó a los chicos!

Pronto llegó el final de la tarde y gracias a los crepúsculos tardíos del verano, preparamos la cena con luz ya llegando a las 9PM. Terminamos de armar el fogón con piedras que proveyeron los chicos mientras tomamos unas cervecitas. En el medio, la nota la dió Joaco que con el tesón que lo caracteriza logró dar caza por partes a una lagartija de buen tamaño. Primero fue el final de la cola, luego otro pedazo de la cola y por fin la lagartija completa.

Qué decir de la cena! Marisa, con asistencia del resto, se preparó unos bifecitos al disco con unas verduras rescatdas del kit del jeepeo, que, por gusto a poco, completamos con unos generosos trozos de queso de cabra al disco que fueron una revelación. La lagartija fue liberada y no formó parte del menú.
El resto de la noche fue un ponerse al día con charla amena y mateada, bajo un techo de estrellas como hacía años que yo no veía. Estrellas fugaces y satélites en cantidades ingentes nos fueron acompañando hasta tarde.

Dormimos con sobresaltos... Sebas se despertó varias veces y Marina terminó durmiendo amontonada en el "cuarto" de los chicos. Fuera de eso, el clima fue de lo más benévolo y los caballos no se llevaron ningún viento de las carpas.
A la mañana siguiente el Sol amenazaba con freírnos en protector solar desde temprano, así que después de un desayuno medio caótico, desarmamos las carpas, guardamos todo, y a las 2 horas estábamos subiendo por el valle en la camioneta.

El camino está en estado deplorable y agradecí el tino de Marisa de no querer subir más. recién mejoraba justo en el punto de los fósiles. Seguimos subiendo un trecho largo y llegamos al mismo punto que cuando fuimos con Nadia.

Tuvimos nuestra recompensa y pudimos hacer culo-patín en la pala y hacernos los exploradores subiendo una cuesta de nieve. No sin jugar a escalar también!

Varios mates más y el tiempo empezó a amenazar con cambiar, así que cambiamos el asado a 3000 m snm por ir a almorzar en el refugio del Club Alemán de Andinismo en Lo Valdés.

Comimos bien, una pasta bien preparada y de postre unas escasas 3 porciones de Kuchen de moras... café y vuelta para Santiago.
Los chicos querían partir temprano al día siguiente así que con el viaje empezamos a vivir la nostalgia de la despedida.
Ojalá hubiera dura más... y seguro que pronto nos veremos para seguir variando el programa.
Un beso grande espero que lo hayan disfrutado!

martes, enero 20, 2009

Diego y Marisa en Santiago

Anunciada, deseada y esperada por largo tiempo!

Llegaron, no se si gracias a las indicaciones que les pasé por mail, que incluían mapas y guía, pero es un hecho que vinieron.
Trajeron consigo 12Kg. de yerba, Bactrobán, Ivomec y cantidades ingentes de chocolate Águila, tanto el común como el Premium. Con dicho contrabando, la recepción fue incluso más agradecida.
Fuí afortunado y pude pedirme unos día de vacaciones con lo que logramos hacer un par de programas juntos que incluyeron desde Shopping por outlets y malls, visita a la viña Concha y Toro y campamento en el Cajón de las Arenas pasando por el refugio de Lo Valdés.

Mucho gustito a poco, pero así son las vacaciones, tanto las de ellos como las nuestras, breves. Igual, dos veces bueno!
Empezamos con el shopping de rigor que por un momento me dí cuenta que los Parraud parecíamos los más consumistas solo hablábamos de compras y precios. Parecía que fuéramos unos obsesivos, digamos que no hicimos nada para desmentirlo, salvo cuando por fin nos alejamos de Santiago.

Entre todas las cosas fue que los chicos aprovecharan algunos ítems que por acá son realmente más baratos: Artículos de camping, ropa de outdoors, vajilla y cosas así, incluso fuimos a ver una máquina de cortar pasto. De todos los puntos solo fue vajilla, batería de cocina y una campera para Diego que hubo que cazar por varios Sodimac.
Después algo de turismo tradicional de Santiago, visita a una viña. La viña Concha y Toro es afamada por tener el tema bien organizado, así que partimos a Pirque a realizarla como salida de adultos.

Tomamos la opción más completa que incluía una cata extra y cata de quesos. Debo decir que la viña es un lugar lindo y cuidado, que la guía le puso empeño... pero no mucho más, no está pensada para los que quieren el vino de verdad... apenas un blanco dulzón y muy comercial de la casa y un Tinto bueno pero también bastante normal fueron los de la cata estándar. El conflicto lo armé yo cuando llegamos al wine-bar para cobrarnos el cupón de los extras... las opciones de vino a catar se podían comprar de a botella por su valor que incluía solo una copa y eso me hizo sentir estafado. Debemos rescatar que los vinos si eran ricos y para salvar la situación, la "somelier" que resultó ser colega de los chicos (Ingeniero Agrónomo) se portó un 7 (el equivalente al 10 pero en nota chilena) trajo algún regalito de copa de vino extra y nos trató con deferencia.
No contentos, al partir pasamos una huerta que tenìa un cafecito en la entrada, uno de esos "ensamblajes" bastante frecuentes en Pirque. que nos sirvió para degustación y gratis, una muestra de quesos de cabra que nos dejó satisfechos como la mejor merienda, acompañado de café expresso, todos elementos bastante gurmet en Chile.
Más contentos con la huerta que con la viña, emprendimos el regreso, no sin pasar por un Sodimac para seguir la caza de la famosa Campera y averiguar precios de cortadoras de césped. Ni lo uno ni lo otro...
Como salida casi improvisada, nos llamó Alejandro Sola, alias el Che, para invitarnos a sumarnos a una salida en las dunas de Ritoque. Lugar conocido y una experiencia nueva para los chicos. Como Ale iba a andar solo, podíamos acomodarnos todos en camionetas para divertirnos bastante.

Llegamos a Ritoque cerca de las 11 y no tardamos mucho en entrar a las dunas.
La cara de Marisa reflejaba lo que sentía... se quedó dura del susto.

Con varias maniobras y con el tiempo se fue relajando y creo que hasta llegó a disfrutarlo!
Diego... se lo veía con cara de disfrutar el tema, incluso dijo que se divirtió pero mejor dejar que él opine cuando pueda. SOlo puedo asegurar que además de pasear, agarró la cámara y sacó muy buenas fotos!.

Volvimos para el asado de rigor a la cabaña que el Che tenía alquilada y un salto al vacío de Joaco cambió el plan del final de la tarde... en lugar de volver a las dunas, fuimos a la Caza de la Clínica Reñaca a hacer ver los golpes múltiples (en la nariz en a piscina y casi toda la cara de sus acrobacias en calesita. Felizmente era solo eso.. un golpe que se amoretonó volvió a tamaño casi de persona con un anti-inflamatorio en cosa de 30 minutos.

Para terminar la salida, fuimos a comer mariscos a La Gatita en Concón. Para nosotros fue un castigo la espera de casi una hora por la mesa y para Marisa no terminó ahí, ya que no es ninguna fanática de los mariscos... Los platos no estuvieron a la altura de lo que ese lugar nos tiene acostumbrados, pero para ser justos, tampoco estuvo mal. Así que el sábado terminò con una vuelta turística y tardía a Santiago.

Finalmente, el Domingo fue tranquilo y nos preparamos para la gran salida de camping de apenas una noche. Igual los preparativos parecían de una expedición al cruce de Los Andes. pero, esto será motivo de otra entrada. Diego y Marisa (La Polaca y el Ahujero) aprovecharon para hacer turismo en Santi9ago Centro, parte que los Parraud decidimos no participar y darles Paz a nuestros amigos (¡3 días rodeados de los enanos es muy fuerte para alguien que vive sin chicos!).